domingo, 2 de noviembre de 2008

El Dormitorio (o la Beca)


Como dije en la entrada anterior, la llegada al país fue fuera de lo convencional.
Nuestra residencia, o beca como dicen en Cuba, son dos antiguos edificios de lujo, construidos por un polaco huído en el 59.

Un día de aburrimiento me senté en el suelo del antiguo salón y me puse a pensar como sería en el pasado: tu llegabas al edificio con tu coche, con inmejorables vistas al Malecón. Un aparcacoches te recogía tu coche y dentro te estaba esperando el ascensor para llevarte a tu piso.
Tu entrabas en tu piso, y había un salón con vistas al Malecón a ambos lados; a mano izquierda está la habitación de los padres, con baño propio. De frente están las habitaciones de los niños, con un baño a compartir los dos. A la derecha de la entrada está la cocina y una parte pequeña para lavar la ropa. Finalmente, aislada de la casa, una habitación más pequeña con baño privado (esta puede ser la habitación de invitados o más probable de la sirvienta)

Ahora todo esto ha cambiado: en la habitación de los padres y en el de los hijos hay 8 camas en cada una, los armarios no llegan para todos (voy a tener armario por primera vez dentro de una semana, hasta ahora ha estado debajo de la cama) y el salón es un espacio vacio donde se tiende la ropa o se juega al fútbol algunos días. Además la piscina privada que había antiguamente ahora está llena de basura que los estudiantes tiran por la ventana (de hecho hay que caminar con cuidado para que no te caiga encima una bolsa de basura dese un piso 20) y de los 5 ascensores que funcionanaban antiguamente ahora solo funcionan 2, y no siempre.
El baño tampoco es una cosa de otro mundo: la pila para lavar las manos no funciona y por el baño no se puede tirar papel higiénico, puesto que las tuberías no están preparadas para eso. Además la ducha consisite en una tubería que echa agua, y de mayores lujos como una barra para colgar la toalla, agua caliente o un espejo, ni hablar.

Por el resto todo está socializado: todos tenemos que limpiar la beca, tanto por dentro como por fuera; si hace falta ayuda en cocina le puede tocar a cualquiera y lo mismo con los famosos "trabajos voluntarios".

Volviendo a la comida: nunca había visto nada repetirse tanto. La dieta diaria de los estudiantes se ha reducido a arroz, frijoles, puré de algo que dicen que es patata y un día con mucha suerte te puede tocar una ración ínfima de pasta o si toca la lotería una bola de helado. De hecho cuando pasas a coger la comida las bandejas están todas sucias, y cuando te sirven la comida te hace parecer que estás en el ejército: hasta los vasos son metálicos y los cubiertos totalmente desgastados. En mi antiguo instituto estabamos como príncipes comparado con esto!!


En fin, sobreviviremos....

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