Y entonces estaba aceptado. La única plaza para la Universidad de la Habana finalmente se había dividido en dos y sabía que otro chico desconocido para mi que se llamaba Gerónimo le habían dado la plaza, siendo nosotros los únicos befeniciarios de plazas para todo el país.
Salí de la habitación y me dirigí a desayunar al comedor, como todas las mañanas. Allí me encontré con mis compañeros, desayunando ya: Hendrik, mi compañero de habitación alemán; Valva, una chica de San Sebastián, María, de Barcelona y creo recordar que también estaba Carmen, de Santiago de Chile. Entonces me llovieron las primeras enhorabuenas y dos "te visitaré". A medida que se lo iba diciendo a otros compañeros se iban quedando sorprendidos, y algunos de origen norteamericano me comentaban las ganas que tenían de visitar el país, pero no lo hacían por lo complicado que podía ser el viaje y el miedo a la multa que le podían imponer si las autoridades de su país lo descubrían. A pesar de que no lo he verificado, creo que se podría poner como ejemplo esta noticia.
Al salir del comedor tuve que ir cubrir alguna documentación a la oficina de relaciones exteriores de mi universidad. Michelle, la chica que lleva las relaciones con España y algunos países lationamericanos, me hizo descubrir algo nuevo: que el bloque a Cuba por parte de USA no es bilateral, ya que Cuba importa productos agrícolas. También me hizo una breve introducción al bloqueo de Miami a Cuba, del que hablaré otro día cuando recopile más fuentes.
Unas noches antes, al ir tomar unas cervezas con los compañeros, me encontré a Alejandro, un chico Uruguayo que había ido al instituto en Noruega. El me habló sobre compañeros Cubanos con los que estudió y me informó de factores de la vida cubana así como del viaje de sus padres a Cuba y sus impresiones.
El el siguiente post, el contraste de reacciones al volver a España.
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