
Por otro lado la burbuja de amistad que se había creado al otro lado del océano no se parecían mucho a las relaciones que tenías con tus compañeros de toda la vida; hasta daba la sensación de que la distancia había hecho mella. Además, intentaba que cualquiera de mis actos no diera la sensación de ostentación, cosa que realmente odio.
Volviendo a lo importante: el contraste de impresiones/opiniones entre compañeros de ambos lados del océano. A pesar de que muchos de mis compañeros se había enterado ya por la publicación de las lista de la universidad y posteriormente por el boca-a-boca, me llevé una sorpresa. Me esperaba ya el comentario de "Cab**n, te vas de vacaciones", pero el comentario que más escuché fue "vas a fo...r como un cab**n" e incluso algún gracioso con "De turismo sexual, ¿no?". Comentarios como estos hicieron la vuelta a España complicada: esperaba algo más de comprensión, de que la gente se refiriera más al ingrediente de la cultura Cubana o a que es una experiencia algo más exótica que las anteriores, Polonia y USA.
Además algunos compañeros me acusaron indirectamente de aprovecharme de las becas (fondos públicos) que la universidad/estado ofrece para Erasmus y otros convenios. Cabe destacar que los que lo hiceron nunca habían estado estudiando fuera del país. Además cabe destacar que la única ayuda pública que recibí para estos intercambios fue los fondos del Erasmus y de la Xunta para irme a Polonia (2000 € en total), los gastos subvencionados por la universidad de destino al irme a Estados Unidos y las becas de viaje de Bancaja tanto para USA como, espero, para Cuba.

Volviendo a Santiago, pude hablar con varios profesores. El primero fue Raúl, un profesor de Contabilidad del que hablé en mi segundo post, que después de ser mi coordinador académico para Polonia me ha apoyado siempre para los siguientes intercambios. Estuve hablando con él un buen rato, y además me comentó que él iba a visitar proximamente Azerbaiyán, un país desconocido por el que antiguamente pasaba la ruta de la seda. Tras un buen rato intercambiando opiniones me animó con una sola frase:"Es un placer ayudar a gente con iniciativa. "
Unos días después Sergio B., un compañero de facultad, me comentó que había una profesora de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la Habana que estaba pasando una temporada en nuestra facultad. Todas las veces que la visité para poder hablar con ella, siempre estaba apurada con la entrega de diversos trabajo, pero a pesar de esto sacó tiempo para poder hablar. Fue la primera persona cubana que conocí, y me resolvió algunas de las dudas que tenía sobre su país, además de contarme eventos importantes a los que debía asistir. Además me mandó un email con publicaciones que leer para ponerme al día en historia Cubana, detalle que agradezco mucho.
Otro día, al ir a comer, me encontré con un antiguo profesor de historia, que aunque me costó 4 convocatoria aprobar su asignatura (la que más durante toda la carrera), fue mui importante tras ver que los conocimientos que me dió su asignatura me ayudaron a entender el mundo posteriormente. El me comentó básicamente que una vez en estuviera en Cuba sería visto como un saco de dinero, y que además no podría acceder a todos los servicios que los cubanos pueden, y muchos otros detalles. Todo esto, desde la voz de la experiencia, ya que el tuvo la oportunidad de visitar el país con una nativa.
En una cena que tuve con mis compañeros me encontré con otro profesor, Xan, que había impartido una clase de Historia en 3º de Carrera. Su clase también había sido muy interesante, y a pesar de que no era un profesor muy convencional, me acordé de él en mis viajes. El me había comentado que el "imperio" de Al Capone empezara en los mataderos de Chicago, y también su experiencia "comunista" en Alemania hace muchos años, que había sido muy interesante. Al econtrármelo en aquella cena y ponerle al corriente de mi vida y de las veces que me había acordado de él, me animó a seguir recorriendo el mundo, ya que me hacía más persona y me ayudaba a entender mejor otras culturas. A pesar de que ya había oído antes su opinión, la ilusión con la que me lo dijo me animó bastante.
Pero quien realmente me ayudó fue Indira, de la que hablaré el siguiente día.
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